El ser humano, desde antiguo, está en búsqueda de una eficiencia energética máxima. Un término que suele ir de la mano de un objetivo de confort. Así, siempre han existido técnicas de ingeniería, y ahora se han llevado a su máxima expresión en las casas pasivas. Éstas utilizan la energía solar pasiva, y a continuación vamos a explicar cómo funciona y sus ventajas.

¿Qué es la energía solar pasiva?

La energía solar pasiva es aquella energía que puede aprovecharse de manera directa. Es decir, no es necesario transformarla para convertirla en otro tipo de energía, ni tampoco requiere de elementos para su almacenaje y posterior utilización.

Diferencias entre la energía solar activa y pasiva

Como vemos, la energía pasiva se aprovecha directamente. Conviene hacerlo con un estudio previo para optimizar, pero sin necesidad de otros mecanismos e instalaciones. Sin embargo, la energía solar activa es aquella que es transformada y generada, como podría suceder al instalar placas solares.

En el primero de los casos hablamos de un proceso más sencillo, mientras que en el segundo tendremos la ventaja de poder obtener más energía aprovechable.

Energía solar pasiva: ventajas y desventajas

Aunque al hablar de energía solar siempre destacarán sus beneficios, también es necesario comentar los puntos negativos que podríamos encontrar. Y, en este caso en concreto, de la pasiva.

Ventajas:

  • No contamina: se utilizará directamente desde el sol, y no implicará emisiones ni alteración de medio natural alguno.
  • Es más que económica: es una energía existente y aprovechable sin peaje alguno. Sólo será necesario un estudio si se quieren maximizar sus beneficios.
  • No tiene impacto visual: no requiere de instalaciones y/o estructuras.

Desventajas:

  • Rendimiento menor: será difícil conseguir más energía que respaldándonos en una instalación destinada a producirlo.
  • Fuente de energía intermitente: hay riesgo de escasez porque no siempre los rayos del sol inciden de una manera óptima. Y, de noche, nada.

Ejemplos de energía solar pasiva y cómo aprovecharla

La energía solar pasiva es utilizada de manera cotidiana. Pero, quizás, lo más interesante es hablar de ella en nuestros lugares de seguridad y productividad, donde más tiempo pasamos. Es decir, en los sitios de trabajo (oficinas, fábricas, comercios, etc.) y en los hogares.

Para poder aprovechar esa energía gratuita es necesario valorar:

  • Situación: no todas las localizaciones reciben la incidencia solar de la misma manera
  • Orientación: hará que se reciba la luz solar en determinadas horas.
  • Materiales: supondrá que la energía se atraiga o se repela, y se mantenga o se disperse.
  • Formas: servirá para permitir o no el paso de los rayos del sol.
  • Elementos: ventanas, claraboyas, paredes y diferentes componentes intermediarios posibilitarán el paso de esa energía pasiva.
  • Horas: relacionado con la orientación, las horas solares marcarán cuándo es posible aprovechar esta energía.

Y, en definitiva, como puede imaginarse, esta energía solar pasiva podrá ser utilizada a modo de iluminación y de calefacción. Todos lo hacemos en mayor o menor medida, la evolución de la sociedad provocará un aprovechamiento cada vez mayor de estas energías renovables.

 

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