El uso de energías renovables y la independencia energética están ganando un gran protagonismo. Así, se produce un efecto llamada que lleva a más consumidores a interesarse por las instalaciones fotovoltaicas. Pero, antes de decidirse, siempre conviene conocer si merece la pena poner placas solares en casa, en una empresa o en cualquier emplazamiento.

¿Merece la pena poner placas solares?

Hay que conocer los diferentes beneficios e inconvenientes de instalar placas solares. Y, además, ponderarlos según la situación de cada caso. A partir de ahí, podremos sacar conclusiones.

Beneficios

– Rentabilidad económica: la amortización de las placas solares puede llegar en torno al séptimo año. Y, aunque tarde ligeramente más, el ahorro mensual en facturas siempre significará una buena inversión a largo plazo. Quizás, este punto sea el que mejor responda a la pregunta de si merece la pena poner placas solares.

– Ayudas y subvenciones: las diferentes administraciones públicas favorecen las instalaciones a través de diferentes incentivos. Esto provoca que la amortización anteriormente comentada se acelere.

– Durabilidad y bajo mantenimiento: una vez instaladas, el uso de las placas solares puede alargarse hasta los 30 años. Además, apenas hay que reparar en limpiezas y cuidados. Por ello, podemos decir que es mucho el tiempo que podemos aprovechar de un ahorro en facturas sin apenas esfuerzo.

– Valor añadido de la propiedad: una casa, local o nave ve aumentada su posible tasación si tiene hecha una instalación de placas solares. Esto es interesante para una posible venta o alquiler.

– Respeto al medio ambiente: el uso de energías renovables evita emisiones de CO2, la contaminación y la destrucción de ecosistemas. Una situación que acaban beneficiando a todos y que incluso puede repercutir favorablemente en el estatus social del propietario.

Inconvenientes

Aunque en muchos casos serán fáciles de solventar, conviene conocer los factores en contra de instalar placas solares.

– Alta inversión: el precio de las placas solares puede suponer un esfuerzo económico en algunas ocasiones. Por ello, suelen existir diferentes formas de financiación.

– Obras y limitación de espacio: las instalaciones requieren de un sitio donde poder colocarlas y de un breve proceso de montaje.

– Difícil independencia energética total: es posible abastecerse totalmente con instalaciones fotovoltaicas cuando éstas son aisladas con batería. El resto, podrán proveerse de energía solar durante el día, pero no en ausencia de claridad.

– Permisos y trámites: para instalar placas solares son necesarias una serie de gestiones administrativas como, por ejemplo, con ayuntamientos y/o comunidades de vecinos. El instalador de placas solares suele ayudar en esos “papeleos”.

– Condiciones climáticas y geográficas: la energía fotovoltaica, evidentemente, depende de la radiación solar. En España sus niveles son óptimos, pero puede darse alguna situación donde no sea así.

Valorando todos estos factores, no se puede dar una respuesta generalizada que implique a todos los consumidores. Pero, en la mayoría de los casos, podremos decir claramente que sí, merece la pena poner placas solares.

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